Experimento.
Materiales:
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Fundamento
científico.
El efecto joule asi
como los experimentos hechos por De la Rueasi como por Sir Joseph Swan y por el
inventor norteamericano Thomas Alva Edison.
Desarrollo.

Materiales:
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Como se puede apreciar al observar una lámpara incandescente normal, ésta posee una estructura extremadamente sencilla. Consta de un casquillo metálico con rosca (en algunos casos liso, tipo bayoneta) y un borne en su extremo, aislado del casquillo. Tanto el casquillo como el borne permiten la conexión a los polos negativo y positivo de una fuente de corriente eléctrica. Lo más común es conectar la parte del casquillo al polo negativo y el borne al polo positivo de la fuente. |
Al casquillo metálico de la lámpara (con
rosca o del tipo bayoneta) y al borne situado en su extremo, se
encuentran soldados dos alambres de cobre que se insertan después por el
interior de un tubo hueco de cristal ubicado internamente en la parte central
de una ampolla del mismo material y de la cual forma parte. Cerca del extremo
cerrado de ese tubo hueco los dos alambres lo atraviesan y a sus puntas se
sueldan los extremos del filamento de tungsteno. La bombilla de cristal se
sella al vacío y en su interior se inyecta un gas inerte como, por ejemplo,
argón (Ar), que ayuda a prolongar la vida del filamento.
La cantidad de luz que emite una lámpara incandescente depende fundamentalmente de la potencia que tenga en watt. La longitud del alambre del filamento, y el tamaño y forma de la bombilla de cristal dependen directamente también de la potencia que tenga la lámpara, por lo que una de 25 watt será mucho más pequeña si la comparamos con otra de 500 watt. |
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Desde
el surgimiento de la humanidad, la única fuente de luz y calor que conoció el
hombre fue el Sol. Cuando éste descubrió el fuego, lo utilizó igualmente,
durante miles de años, como fuente de luz artificial y como una forma de
proporcionarse calor.
Se supone que fue en Mesopotamia, 7000 años a.C., la época en que nuestros remotos antepasados comenzaron a utilizar lámparas de terracota con aceite como combustible para alumbrarse, en sustitución de las antorchas de leña que habían utilizado hasta entonces. Posteriormente, alrededor del año 400 d.C. los fenicios comenzaron a emplear las conocidas velas de cera, que han perdurado hasta nuestros días con la misma función de proporcionarnos luz o ambientar un sitio. Muchos años después, alrededor de 1798 se comienza a utilizar el gas como combustible en las lámparas para alumbrado y a partir de mediados del siglo XIX se le da el mismo uso al petróleo. |