Estructura
de un foco.
Como se puede apreciar al observar una lámpara incandescente normal, ésta posee una estructura extremadamente sencilla. Consta de un casquillo metálico con rosca (en algunos casos liso, tipo bayoneta) y un borne en su extremo, aislado del casquillo. Tanto el casquillo como el borne permiten la conexión a los polos negativo y positivo de una fuente de corriente eléctrica. Lo más común es conectar la parte del casquillo al polo negativo y el borne al polo positivo de la fuente. |
Al casquillo metálico de la lámpara (con
rosca o del tipo bayoneta) y al borne situado en su extremo, se
encuentran soldados dos alambres de cobre que se insertan después por el
interior de un tubo hueco de cristal ubicado internamente en la parte central
de una ampolla del mismo material y de la cual forma parte. Cerca del extremo
cerrado de ese tubo hueco los dos alambres lo atraviesan y a sus puntas se
sueldan los extremos del filamento de tungsteno. La bombilla de cristal se
sella al vacío y en su interior se inyecta un gas inerte como, por ejemplo,
argón (Ar), que ayuda a prolongar la vida del filamento.
La cantidad de luz que emite una lámpara incandescente depende fundamentalmente de la potencia que tenga en watt. La longitud del alambre del filamento, y el tamaño y forma de la bombilla de cristal dependen directamente también de la potencia que tenga la lámpara, por lo que una de 25 watt será mucho más pequeña si la comparamos con otra de 500 watt. |
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